martes, 1 de septiembre de 2009

DISCUSIÓN CON CODA




En una discusión -que no llega al acaloramiento- mantengo ante un compañero de lides literarias mi postura personal, cada vez más dada al oscurecimiento, a una búsqueda de desnudo, próxima al anonimato. Aunque él no me ha comprendido, he defendido hasta el cansancio que buscar el anonimato no es ni una muerte, ni dejar de ser persona, ni desaparecer. Es, tan sólo, comenzar a mostrarse invisible frente a un exceso de mordeduras ante las miradas del entorno público, sea de una proximidad, digamos familiar, o de una lejanía característica del grupo. Es decir, buscar el anonimato es apagar o, al menos, disminuir la visibilidad de uno mismo, sobre todo social.

Por cierto –le he dicho- que hace unos meses leí una definición acertada que cuadra con mi actual postura personal. En el momento de la discusión no recordé el autor de la misma. Ahora enmiendo el lapsus. La escribió (Lugar común. El Motel americano) el profesor de la Universidad de Bourdeaux, Bruce Bégout -en la foto- y no me resisto a que caiga en el olvido.

Bégout afirma (p.144) que “ser “nadie”, al igual que Ulises en la caverna de Polifemo, no significa renunciar a nuestra persona, ni olvidarla ni ignorarla, sino simplemente abandonar, por un tiempo más o menos dilatado, lo que otros saben de nosotros. El anonimato me sustrae a la mirada y a la nominación de los otros, pero, en esa sustracción, me deja intacto, como en mí mismo. Es, pues, una manera económica de no ser hostil a todo lo que podría sellar definitivamente nuestra muerte: la soledad”
Publicado por Ramón Acín en 4:44 0 comentarios

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