Durante el primer trimestre del curso actual (2012/2013) en el IES "Fco. Grande Covián" se ha leído mi novela Muerde el silencio, una novela dificil, coral, polifónica, fragmentaria... que trata sobre la desaparición de un valle, sus secuelas y, sobre todo, sobre lo que significa vivir (para bien y para mal) en un espacio cerrado, incomunicado a veces y, entre otros aspectos, sabedor de una tradición que presiona a quienes lo habitan. Una mirada acerada y sin nostalgia que, con algo de bisturí, yo quiera que respondiese a determinadas preguntas. Por eso, como autor, esta mirada joven, me interesa. El diálogo que establece es enriquecedor (en especial, para el autor). Desde aquí, mi agradecimiento (alumnos y profesores) por el regalo que acabo de recibir.
“Al
trabajo del marca páginas, como no podía ser de otra manera, le hemos dedicado
un tiempo generoso en este primer trimestre. Hemos leído tres fragmentos de su
libro, sobre la orfandad que tiñe prematuramente la vida de la protagonista, el
descubrimiento del amor y el reencuentro definitivo con el paisaje.
Seguidamente hemos procedido a generar imágenes sobre la acción, el marco en el
que se desarrolla la narración y las luces y sombras de la vida de Angelina,
cuya biografía corre paralela a la desaparición de su pueblo.
Podemos ver, entre las imágenes de nuestros alumnos, muchachas que
miran más allá del paisaje, a través de la ventana, pueblos cercados por
montañas, sillas vacías que hablan de ausencias, manos casi enlazadas, vestidos
que alternan el color y el luto, rostros de niñas, adolescentes y jóvenes que
componen un repertorio variado de sentimientos… Todo este material ha sido
elaborado con infinita paciencia. Nuestros chicos han repetido, en no pocas
ocasiones, la composición de textos e imágenes y elaborado diferentes temas y
versiones.”
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