El grupo de lectura del "IES Grande Covián" compuesto por padres, profesores y alumnos abordó la lectura de Muerde el silencio (2007) para después (18 de diciembre de 2012) mantener un diálogo cruzado con el autor. Llevaba unos meses sin participar en encuentros y debates (a veces, el casancio del jaleo literario acaba por ahogarle a uno e inyecta la necesidad de buscar un alejamiento, aunque sea momentáneo), pero, tras su celebración de este encuentro, puedo decir que me ha insuflado nueva savia. Fue uno de los más satisfactorios que he tenido. Dos horas fluidas, de vasos comunicantes, donde yo, como autor de la novela, aprendí del encuentro bastante más que de las críticas que la novela recibió en su día. No sé si ellos, lectores de la novela, consiguieron otro tanto de mis respuestas.
La mirada plural sobre un texto, siempre resulta enriquecedora, pero si a ello se añade la agudeza y el buen olfato lector, el resultado acaba siendo magnífico. Recibí aportaciones que no se pagan con nada. La sinceridad con la que se abordó el diálogo, creo que fue la clave (repito: no se si mis aportaciones tuvieron la misma altura). La utilización del vocabulario, la presencia de la muerte, el uso del erotismo, el valor de la instantánea a través del recuerdo, los vaivenes, picos o puntos álgidos de la narración, la función de la anécdota, fueron, entre otros muchos temas, miradas ajenas que, expuestas sin miedo y con sincera claridad, me ayudan a comprenderme como escritor. Es bueno salir de tu mundo y compartir la palabra y la mirada con los demás. Mi agradecimiento al grupo.
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