domingo, 24 de marzo de 2013

MICRORRELATO


FAMILIARES DE BUEN VER
 por Ramón Acín
                                                 

 Aunque algunos chismorreos hablaban de sus arrebatos, nadie de la familia imaginó que pudieran alcanzar tal violencia. Cuando, absorta, la sorprendían con lo de siempre, todo el mundo hablaba de chifladuras. No obstante, alguna vez preocupó de verdad. Porque, a veces, sus manías acababan directamente en el desvarío. Por eso, aquel día en el que el criado de la Casa se quitaba la ropa con soltura, dicen que estalló la tormenta definitiva. Confesó que disfrutaba observando como aquello rasgaba la espesa mata de vello y emergía ante sus ojos, antes de acabar alojado entre sus labios.

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