domingo, 18 de noviembre de 2012

MICRORRELATO


VERSE (SOLO EN CASA)

Él jamás se miraba en espejos ajenos. En voz baja, se comentaba que era por el odio que le tenía al reflejo en ellos. Incluso, al caminar por la calle, dirigía sus ojos hacia la calzada. Siempre, para no verse en las cristaleras de los portales o las tiendas. Jamás miraba hacia los edificios. Por eso, se le tenía por excéntrico. Caminaba de lado. Se afirmaba como excusa que, de niño, había sufrido un grave accidente con cristales y que, de ahí, le venía esa extravagancia tan suya. Una extravagancia que, para muchos, era más que una obsesión. Pavor a los coches, propagaron también sus amistades para disculparle. Sin embargo, ninguno de sus amigos supo hasta su muerte que su habitación estaba repleta de espejos. Materialmente forrada de espejos. Espejos especiales que hacían hermoso su cuerpo contrahecho.

Cuánto fundamenta un equívoco.
Grabado: Mariano Castillo.

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