martes, 9 de octubre de 2012

LOCA DE NOCHE (microcuento)


                                                 (Foto. Diario de Navarra)
LOCA DE NOCHE

En las mañanas, su vida era muy poco literaria. Tan sólo, la cosmética en fuga, tiritonas y un volcán en la cabeza, además del sinsabor de sueños que jamás llegaron a puerto.  Lo sabía y, sin embargo, cada despertar, me aseguraba lo mismo: va a ser mi gran día. Con tozudez. Por eso, después, me hablaba de perderse en el asfalto, de taconear como una loca toda la noche y de encontrar la luz, su luz, entre bostezos del amanecer. Por ejemplo, con su boquita hecha corazón, combinando el rosa y el lila en su piel de peluche y sin dejar de jugar con el abanico. Porque, bajo las cenizas nocturnas, nunca, me aseguraba él con pasmosa seguridad, languidecen mis brasas.  Y es que, dentro de él, bullía el afán de loca.

Al menos, eso es justamente lo que pespunteó en su diario/novela que alcanzó el éxito de los top ventas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario